E.JOHN ERES UN... C----N. MARIO RODRÍGUEZ CASTILLO.

E.JOHN ERES UN... C----N

            Todo empezó un 18 de Agosto, cuando un famoso pianista, de cuyo nombre no quiero acordarme, más que nada porque no es relevante en esta bonita historia, estaba tan tranquilo en su casa, bueno, más que casa, caserón, o mejor dicho aún, mansión.

            Dicho señor estaba sentado en su gran terraza, esperando la cena, ya que el no iba a cocinar, claro está.

-          ¿Qué hay para cenar hoy Yefri? Preguntó el ricachón pianista.

-          Solomillo al horno señor, con tomates y papas sancochadas.

-          ¿Nada más? Volvió a preguntar el señor.

-          No, no, también hay tarta de queso de postre, no vaya a ser que se quede usted con hambre.

Mientras el famoso pianista esperaba la cena, sonó el timbre, al ver que su mayordomo no abría la puerta, fue por sí mismo a ver quién era.

Era un persona desconocida, que no había visto en vida, algo vieja con aspecto de morirse en un par de días incluso. Se asustó al verla claro está y no tardó mucho en preguntarle que quien era y que quería. La anciana le contestó que venía a advertirle de que dentro de poco su vida iba a cambiar y que tuviese cuidado con lo que hacía. El famoso pianista se echó a reír desmesuradamente y alzó la voz diciendo:

-¡Me estás amenazando! Tú sabes quién soy yo y todo el dinero que tengo, a mí nadie me puede hacer daño.

Le dio un portazo y se fue riéndose pero a la misma vez asustado; no obstante se volvió a sentar y se tomó un Martini de aperitivo mientras esperaba la cena. Quince minutos más tarde apareció Yefri con el suculento plato, lo puso en la mesa y antes de irse dijo: -señor, ¿le puedo decir algo? Y este contestó, -si pero rapidito que se enfría la cena.

Yefri aprovechó y comenzó a contarle que tenía una vecina la cual se parecía mucho a él y que además dicha joven nunca había conocido a su padre y dado el parecido que existía entre ella y el señor, pues cabía la posibilidad de que fuese su hija.

El señor rápidamente puso el grito en el cielo y le dijo:

 -tú estás loco, ¡una hija yo! Si yo nunca…mmm un momento, ¿Qué edad dices que tiene?

-18, señor.

-Llámala y dile que venga que la quiero conocer e invitarla a cenar.

            Yefri fue a buscarla de inmediato. Mientras tanto el famoso pianista sin dudarlo ni un segundo, le puso veneno a su plato, por miedo a que realmente fuese su hija y se quedase con toda su herencia. Al llegar la chica, cenaron, hablaron y durante la sobremesa… la joven la palmó. El famoso pianista cogió a la joven y la enterró en el jardín de su terraza. Todo siguió tranquilo para él, sin preocupación ninguna, en su gran mansión.

            Dos días más tarde, apareció una carta en la puerta, la cual no tenía ninguna referencia, simplemente decía, a la atención de E.J. Como era de esperar el mayordomo cogió la carta y se la entregó al señor, explicándole que no sabía de quien era, pero que iba dirigida a él. El pianista empezó a leer la carta la cual decía:

Hola hijo, te acuerdas de la anciana tan malgastada que pasó por tu casa hace dos días, pues si lees esto es porque estoy muerta, te escribía para decirte que lamento todos estos años sin poder haber estado contigo, pero quiero que sepas que tienes una hermana, es muy guapa como tú y se parece mucho a ti, quería que supieras que te quiere conocer y espero que se lleven bien.

Muchos besos y no olvides que siempre te he querido.

                                                                       Firmado: Tu madre

El pianista se quedó enmudecido, sin saber que decir, nada más que llamar a Yefri y decirle:

-Yefri, quiero que sepas que toda la herencia es tuya

-¿porqué señor, si aun no has muerto?

-Pero lo estaré.

Se subió al balcón y se lanzó muriendo en el acto.

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario