HISTORIA YOLANDA TORRES

LA EXPERIENCIA DE UN VIAJE

 

DIA UNO

 

La chica de melena larga y rubia se situaba al lado derecho de la ventanilla de embarque. Viajaba sola. En su cuello colgaba una pequeña llave de diamantes que llamaba mucho la atención.

 

Al subir al avión se sentó y espero. Cruzó el cinturón por su fina cintura y miró hacia el exterior, pensativa. Llegó  a su destino, el sol abrazador quemaba su blanca y fina piel.

 

 DIA DOS

 

Se levantó cansada pero con ganas de disfrutar. Lo primero que hizo fue visitar el interior del país.

Viajando en una guagua y por una carretera mal señalizada, en un momento dado, visualizó a lo lejos un enorme mercado y fijo su mirada en un niño que robaba unas naranjas.

 

Se bajó y comenzó a caminar hacia el mercado, la gente la abrumaba, nunca había experimentado esa sensación de ser observada por todos. Por fin, después de esquivar y esquivar a la masa, llegó hasta el pequeño.

 

La chica abrió su maleta y le entregó la comida que llevaba dentro. El niño no lo aceptó y corrió hacia un callejón, la muchacha lo persiguió pero le perdió la pista.

 

DIA TRES

 

La chica volvió otra vez para intentar ayudar aquel niño. Al llegar al mercado lo vio pidiendo limosna, se acerco a él y le preguntó

-¿Por qué no me dejas ayudarte?

El pequeño no contesto.

 

DIA DIEZ

 

Todos los días pasados, la chica había ido en busca del niño. Con la única intención de conseguir su confianza. Y así fue, el pequeño se fue acercando a ella poco a poco y aunque le costaba aún entablar una conversación, ya no se alejaba con su presencia.

Pero los días se agotaban y la despedida llegaba.

 

 

DIA DOCE.

 

Era la hora de volver a casa y la chica se entristecía por cada minuto que pasaba. La misma mañana de embarcar se acercó al mercado como cada día. Encontró al niño como siempre, en el mismo lugar, se acercó le dio un abrazo y abrió su mano.

En ella dejó la llave de diamantes que colgaba de su cuello.