Dirario de una vampira moderna. Josefina Aguiar Miranda

Hola, mi nombre es Jessi y éste es mi diario, en el que contaré la historia de cómo me convertí en vampiro.

Capítulo 1:

26/04/2011: Acabo de llegar a mi nueva casa en Talamasca después de un largo viaje desde Francia.

La casa es grande y muy vieja, pero mi padre dice que con una mano de pintura quedara como nueva.

Un poco más tarde :

Mamá me ha dejado elegir la habitación que yo quiera. Las he mirado todas, una es grande pero sin vistas al exterior, otra es demasiado pequeña y otra, mi favorita, mi habitación es grande, acogedora, con un toque misterioso y lo más bonito es que la pared del fondo es de cristal y da al precioso bosque que rodea la parte trasera de la casa, de la cual por cierto se ve el cementerio, pero aún así es bonita.

(la historia la pondremos Elena y yo cada una trozos que van acorde con el otro)

Diario de una vampira moderna. Josefina Aguiar Miranda

Hola, mi nombre es Jessi y éste es mi diario, en el que contaré la historia de cómo me convertí en vampiro.

Capítulo 1:

26/04/2011: Acabo de llegar a mi nueva casa en Talamasca después de un largo viaje desde Francia.

La casa es grande y muy vieja, pero mi padre dice que con una mano de pintura quedara como nueva.

Un poco más tarde :

Mamá me ha dejado elegir la habitación que yo quiera. Las he mirado todas, una es grande pero sin vistas al exterior, otra es demasiado pequeña y otra, mi favorita, mi habitación es grande, acogedora, con un toque misterioso y lo más bonito es que la pared del fondo es de cristal y da al precioso bosque que rodea la parte trasera de la casa, de la cual por cierto se ve el cementerio, pero aún así es bonita.

(la historia la pondremos Elena y yo cada una trozos que van acorde con el otro)

El mar estaba picado. Andrea Santana Gonzalez.

   El mar estaba picado.

 Un sábado por la mañana, Marcos y Manolo, salen a pescar en su pequeña barca. El día estaba oscuro, y las nueves eran grises. Los chicos pensaban que, aunque el tiempo estuviese así, podrían navegar.

 Entonces Marcos y Manolo, se montan en su barquita y se van. Al llegar al lugar donde ellos se solían poner, se dan cuenta de que el mar estaba picado y que las olas, iban y venían. Estaban muy asustados, ellos nunca habían estado en esa situación. Estaban mareados.

De repente, una ola viene hacia ellos y vuelca la barca. Manolo cae al agua y Marcos, se queda enganchado de un trozo de madera que se había soltado de la barca. Manolo intenta nadar, pero no puede, el susto es tan grande que el pobre muere ahogado. Marcos consigue sobrevivir y aprendió una gran lección. Si el día está oscuro, el mar picado estará.

El cinturón mágico. Andrea Santana González. ( Historia de marzo)

                                                      El cinturón mágico .

 Había una vez, un niño llamado Lolo. Tenía 12 años, pero al día siguiente, cumpliría 13.

 A la mañana sucesiva, Lolo se despertó, se levantó y miró hacia la ventana. El día estaba todo nublado y llovía de vez en cuando. Lolo se desanimó, ya que él no quería que su cumpleaños fuera aburrido. Pero algo sucedió … Bajó a desayunar. Cuando entra en la cocina, ve un pequeño paquete encima de la mesa, lo coge y lee la tarjetita. La tarjetita ponía : Muchas felicidades Lolo, con cariño, tu abuela Irma. Lolo sin pensárselo dos veces abre el paquete, al abrirlo, se da cuenta que es un cinturón  algo extraño, ese cinturón era mágico.

 Entonces Lolo decide ponérselo, cuando se lo pone, se da cuenta de que el día se despeja y que no era casualidad, el cinturón había hecho efecto. Gracias al cinturón que le regaló su abuela, Lolo pudo pasar el mejor cumpleaños de su vida y poder controlar el tiempo gracias a su cinturón.

Tengo la razón. Carla del Pino Rodríguez Padrón. (Historia de Marzo).

Tengo la razón

 

José es un hombre trabajador, luchador, inteligente, pero también muy testarudo. Esta vez su testarudez es la culpable y él tiene que decidir si comerse su orgullo o seguir adelante y no reconocer que se equivocó.

La mañana del primer domingo de abril, José se encuentra en el salón de su casa. Sentado y viendo la televisión, se acuerda de que tiene que coger dinero del banco para pagar una deuda que tiene pendiente. Mete la mano en el bolsillo y…

- ¿Y mi dinero?¿Dónde está?

José se levanta agitado y empieza a remover todas las cosas del salón. Va a la cocina a hablar con sus padres y sus hermanos. Cuándo les dice lo ocurrido y les empieza a acusar y a investigarles se da cuenta de que no le hacen caso. Era tan normal que se pusiese a gritarles y a criticarles que ya ellos ni le hacían caso. Siempre era culpa de los demás todo lo que le pasaba y se ponía a echarles la culpa sin tener pruebas o motivos para saber que lo habían hecho ellos.

José se fue para su habitación indignado. Se sentía sólo. Empezó a meditar y se acordó de que ayer había salido a tomar unas copas con sus amigos, y ellos se ponían a bobear metiéndole las manos en los bolsillos para quitarle el dinero.

Cogió su teléfono y se puso a llamarles a todos. Ninguno le cogió el teléfono. Ellos también estaban artos de sus estupideces y de sus acusaciones sin sentido.

José estaba sólo. Ni siquiera su mejor amigo, que le había aguantado tantas malas pasadas, le contestaba.

José se volvió a sentar en el sillón del salón. Se puso a reflexionar. Sabía que su familia y sus amigos tenían la razón al darle la espalda pero no le iba a pedir perdón. Tenía su orgullo.

Pasaron los días, he incluso algunas semanas hasta que José se designó a hablarles a sus padres. Pero aún así no les pedía perdón. También volvió a hablar con sus amigos pero tan sólo su mejor amigo era el que aún estaba un poco distante.

Por la noche se acostó en la cama y se quedó pensativo, reflexionando sobre lo que le había pasado últimamente.

Al final se dio cuenta de que los amigos y la familia eran los que importaban y que el orgullo iba y venía pero que no era importante. Les pidió perdón a todos y además aprendió una estupenda lección. Nunca acuses a nadie si no tienes pruebas y por muy evidentemente que sea no lo hagas nunca. 

Tengo la razón. Carla del Pino Rodríguez Padrón. (historia de marzo)

Una noche cerca del mar.Beatriz García Martín.Gran Canaria.

Las dos de la madrugada.Sábado.Una noche preciosa.Me escapo de casa,cansada de gritos y discusiones.
Y allí está.La luna,resplandeciente,con una cara espontánea y otra misteriosa.Acompañada de curiosas y brillantes estrellas,pintadas sobre un magnífico negro azabache.
Estoy sola.Tampoco necesito a nadie para llorar.Los granos de arena pasean juguetones entre mis dedos.Parece mentira,pero este gesto tranquiliza.Y más aún,con esa suave y fresca brisa secando mis lágrimas.
Decido quedarme aquí,en esta playa,tranquila,solitaria...No creo que me echen de menos.Seguirán gritando e insultándose.Es irónico.Se prometieron amor y respeto.
Es hora de dejar la mente en blanco,dejar de pensar en ellos.En mis padres.En esas personas que ahora mismo,no puedo reconocer.Dónde quedaron esos besos,caricias,abrazos, que nos dábamos...Se fueron con las promesas.
Me acuesto sobre la fría arena.Dejo que enfríen mi piel y mi mente.Duermo,en una noche cerca del mar.