Aquella extraña noche de invierno, mi amigo citapeco, se fue
a dormir. Pasó un buen rato y todavía no se había dormido. Oyó
un ruido muy extraño de bajo de su cama. Asomó su cabeza para
ver que era ese ruido tan extraño, pero no era nada. Se volvió a
acostar, pero era imposible. Eran ya media noche, y seguía oyendo
ruidos pero no sabia que era. El seguía pensando que era aquel
insignificante ruido molestoso. Asta que al final terminó por ensender
las luces y mirar por ultima vez. Pero en realidad era su hermana
que estaba roncando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario