Una noche a las diez me iba acostar, apagué la luz nada se veía de pronto se hoyó un golpe bajo mi cama encendí la luz y no veía nada. A las dos y media de la madrugada sentí otro golpe me preocupé, no sabía que hacer, al rato decidí por irme al sofá y dormir de una vez tranquilo. Al día siguiente me desperté y vi la cama virada al revés entonces llené el hueco que había de la cama al suelo de colchones. Llegaba la noche me acosté con gran seguridad , al momento la cama se elevó y me tiró hacia el suelo, entonces lancé la cama por la ventana y me acosté en el sofá como si nada hubiese pasado.
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