Era un niño llamado Pablo García Moreno de nueve años de edad que vivía a las afueras de la ciudad, en un pueblo llamado Trasmontaña. El vivía con su padre Nicolás, su madre Mónica, sus abuelos Domingo y Juana y su tío Perico apodado "El Rubio".
En la granja donde vivían había un hermoso jardín donde Pablo jugaba con su perra Vega, también había muchos animales como: cerdos, caballos, vacas, patos, gallinas y un gallo al que la familia le tenía mucho cariño pues era especial por su hermosa cresta amarilla brillante.
Todos los días la familia a las siete de la mañana estaba en pie y cada uno se dedicaba a sus tareas, todos menos Pablo que se levantaba siempre un poco más tarde.
Un día de primavera el gallo de la cresta amarilla se acercó a su ventana y empezó a picotearla y a cantar, despertando así a Pablo.
Pasaban los días y el gallo de la cresta amarilla brillante seguía despertando a Pablo justo a las siete en punto.
Llegó el verano y el gallo seguía igual, hasta que un día Pablo se enfadó y pensó como podría vengarse del gallo, y así darle un escarmiento. A la mañana siguiente Pablo se levantó a las seis de la mañana, caminó muy despacio hasta entrar en el gallinero, buscó entre todas las gallinas y gallos hasta que el amarillo brillante de su cresta destacó entre todos, se acercó y le cantó muy fuerte "ki=ki=ri=ki=ki=ki=ri=kiiiiiiiiiiiiiiiiii", el gallo se despertó y se asustó armando un gran revuelo dentro del gallinero. El niño se marchó feliz con la idea de poder dormir tranquilo ya que el gallo no lo volvería a despertar más.
A la mañana siguiente................................esto será otra historia.
FIN ISMAEL ROBAINA QUINTANA 1C, Gran Canaria
En la granja donde vivían había un hermoso jardín donde Pablo jugaba con su perra Vega, también había muchos animales como: cerdos, caballos, vacas, patos, gallinas y un gallo al que la familia le tenía mucho cariño pues era especial por su hermosa cresta amarilla brillante.
Todos los días la familia a las siete de la mañana estaba en pie y cada uno se dedicaba a sus tareas, todos menos Pablo que se levantaba siempre un poco más tarde.
Un día de primavera el gallo de la cresta amarilla se acercó a su ventana y empezó a picotearla y a cantar, despertando así a Pablo.
Pasaban los días y el gallo de la cresta amarilla brillante seguía despertando a Pablo justo a las siete en punto.
Llegó el verano y el gallo seguía igual, hasta que un día Pablo se enfadó y pensó como podría vengarse del gallo, y así darle un escarmiento. A la mañana siguiente Pablo se levantó a las seis de la mañana, caminó muy despacio hasta entrar en el gallinero, buscó entre todas las gallinas y gallos hasta que el amarillo brillante de su cresta destacó entre todos, se acercó y le cantó muy fuerte "ki=ki=ri=ki=ki=ki=ri=kiiiiiiiiiiiiiiiiii", el gallo se despertó y se asustó armando un gran revuelo dentro del gallinero. El niño se marchó feliz con la idea de poder dormir tranquilo ya que el gallo no lo volvería a despertar más.
A la mañana siguiente................................esto será otra historia.
FIN ISMAEL ROBAINA QUINTANA 1C, Gran Canaria
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