Tras la verja. Abenaura González.




Hoy, como todos los días, me asomo tras la verja, a un lado, a una esquina de ella, para ver si te encuentras.
Tú no sabes de mi. Yo, se mucho de ti. 
Sé que te llamas Jose, que no pasas del metro setenta, también, sé que llevas siempre tu amuleto de la suerte y esa camisa tan especial que te regalaron para tu 18 cumpleaños...
Sé tantas cosas de ti.
Y de mi, muchas otras.
Sé que me encantas, con tu simpatía, con tu orgullo de no venir a mi y plantarme un beso...
Oh, ¡¡qué ingenua!!
Ni siquiera sabes de mi existencia y ya pienso en que tú, yo, nuestros labios, saboreen el sabor de un beso...
Todos los días, a la misma hora, mi madre pasa a preguntarme que sí quiero merendar, que qué hago ahí asomada tras esa ventana, tras esa verja...
Y yo siempre, con la misma contestación, le digo: "Ay, mamá, sí recuerdas tus ansias de tener a papá entre tus brazos, averiguarás qué hago aquí asomada"
Y así es, todos los días, busco la manera de poder encontrarme contigo, de poder si quiera mirarte a los ojos y hacerte dar cuenta que desde la primera vez que te vi, en mi barriga, surigeron esas abejas asesinas que me están matando por dentro.
Y sí, de alguna forma tengo que saciar mis ganas de verte, así sea, tras una verja...

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