Una manzana en mi vida. Romina Padilla Pérez. Gran Canaria.

Érase una vez, en una casita muy pequeña y muy bonita, vivían dos niños y su madre. La madre iba todas las mañanas al mercado para comprar un par de manzanas, el periódico y el pan. A los niños les encantaban las manzanas. Un día, la madre llegaba tan contenta porque en el mercado le habían regalado tres kilos de manzanas. Todos se sentaron en la mesita del jardín a comerse las manzanas de aspecto muy apetitoso. De repente, la familia se empezó a sentir un poquito mal. Con el paso de los segundos, empezaron todos a vomitar. Pensaron que sería de comer tantas manzanas. La madre, cuando ya se sentía mejor, se puso a leer el periódico. Leyó, que en el mercado del pueblo, les habían traído las manzanas con un veneno para matar a los gusanos que se las comían. Desde entonces, la familia no volvió a comprar en ese mercado las manzanas.

 

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