Mi moustruo. Evelyn díaz jiménez narrativo. Gran canaria. Baba yaga

Baba yaga 
Una vez en madrid un niño jugaba con sus amigos mientras el moustro los observaba hasta que los mato dandole golpes mordiendole con sus dientes de piedra hasta dejarlos sin piel, después de eso cojio los tres craneos de sus víctimas y los puso de adorno en la valla de su casa.

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