Un seis de diciembre estaba calentita en mi cama cuando sonó el despertador, eran las seis y media de la mañana ¡ otro día más de clase pensé¡. Me levanté, me vestí y desayuné. Al asomarme a la ventana vi que estaba lloviendo, cogí el paraguas y salí. Me dirigía al instituto cuando vi a un perro, era de color negro con las patas blancas. Estaba debajo de un banco refugiándose de la lluvia, me acerqué a él lo acaricié durante unos minutos y seguí mi camino hacia el instituto. Empecé a sentir que alguien me seguía , miré hacia atrás pero no vi a nadie. Seguí mi camino pero aún tenía esa sensación. Ese día al terminar las clases me sorprendí al salir y ver al perrito, entonces me di cuenta que era él el que me siguió, me lo lleve a mi casa y desde entonces esta conmigo.
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