Cítara, la ya silente,
A qué lugar fue Orfeo
Rabioso, impacïente?
Moiras caprichosas, digan si
Eurídice, la ausente,
Nunca más volverá con él.
Mas Hades, benevolente,
A los dos dejó partir.
Raudo la vio el valïente;
Incauto, rompió el pacto.
Ahora alejados están por el dios inclemente.
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